Estaba saliendo de mi trabajo y fui en busca de un boleto para abordar el bus. Delante de mi una señora que hablaba con otra, quizás una compañera de trabajo, me llamó la atención. Vestía muy elegante, su perfume era suave, y su forma de hablar era muy a tono y ecuánime. Era una mujer de unos 45 años. Y me llamó la atención cuando le dijo a su aconpañante:" Mi vida y mi matrimonio es un infierno". Compraron sus pasajes, igual yo. Nos fuimos a esperar el bus. La conversación prosiguió, estaba a oído de todos. La amiga la sorprendió diciéndole:"La mía es peor". Una con otra empezaron a desahogarse. Era un tren de motivos y causas. Nunca pensé que hasta roncar o un control de televisión eran troncos secos para encender un infierno. Comprendí que el ser humano es insaciable, es muy sensible y muy complicado. Que nadie sacia totalmente al otro.Que no somos la media naranja de nadie. Que somos una cisterna que no se cansa de recibir y que nunca se llena.
Me pergunté: ¿por qué que la vida y el matrimonio se convierten en un infierno? Es la imagen más extrema y fuerte que uno se imagina. Es la tortura al máximo. Es la infelicidad entronizada. A diario uno tropieza con las causas:
-causas físicas: la salud. Una enfermedad mal enfrentada y asumida enciende la desesperación,
la impotencia le doblega. La vida se pone gris y todo parece sin sentido y valor.
-causas psicológicas: el poco valor de sí mismo, la falta de autoestima, el ánimo decaído, las
depresiones, las injerencias de los otros...pueden hacer estragos fatales en la vida y en el
matrimonio.
-causas economicas: los gastos personales y del hogar; la falta de trabajo;la vagancia, etc.
-causas religiosas: mi creencia, la creencia de mi cónyuge, de los hijos.
- causas de valores: el pensar y actuar conforme a lo que "yo" sólo quiero; o conforme a lo que
"otros" me dicen; el no analizar y confrontar mis ideas y principios con los demás; el error de
fanatizar y dogmatizar; en convertirme en "juez" de los demás....
-causas politicas: el no tener la capacidad de tolerar la opción del cónyuge; la corrupción, el engaño, la falsedad....
-causas familiares: los triunfos y fracasos de los familiares propios o del cónyuge . La envidia,
los chismes, etc.
-causas hogareñas: las tomas de decisiones internas; el control del hogar, del auto, del espacio
territorial, la educación de los hijos, el trabajo. la vivencia religiosa....
La vida y el matrimonio no son un infierno cuando las personas son capaces de sobrellevar las dificultades y contrariedares con madurez y como hijos de Dios. Lo imposible es del demonio no de Dios. Dios es vida y quiere que tengamos vida en abundancia y que seamos felices. ¿Qué nos corresponde? Pasar el cedazo y dejar fuera lo que nos destruye y esclaviza y nos da muerte, y dejar entrar todo aquello que nos une a Dios y al ser que elegimos para amar. Si hay que reír, rie; si hay que llorar, llora, pero siempre espera en Dios, el te ama y quiere un cielo para ti.
Me pergunté: ¿por qué que la vida y el matrimonio se convierten en un infierno? Es la imagen más extrema y fuerte que uno se imagina. Es la tortura al máximo. Es la infelicidad entronizada. A diario uno tropieza con las causas:
-causas físicas: la salud. Una enfermedad mal enfrentada y asumida enciende la desesperación,
la impotencia le doblega. La vida se pone gris y todo parece sin sentido y valor.
-causas psicológicas: el poco valor de sí mismo, la falta de autoestima, el ánimo decaído, las
depresiones, las injerencias de los otros...pueden hacer estragos fatales en la vida y en el
matrimonio.
-causas economicas: los gastos personales y del hogar; la falta de trabajo;la vagancia, etc.
-causas religiosas: mi creencia, la creencia de mi cónyuge, de los hijos.
"otros" me dicen; el no analizar y confrontar mis ideas y principios con los demás; el error de
fanatizar y dogmatizar; en convertirme en "juez" de los demás....
-causas politicas: el no tener la capacidad de tolerar la opción del cónyuge; la corrupción, el engaño, la falsedad....
-causas familiares: los triunfos y fracasos de los familiares propios o del cónyuge . La envidia,
los chismes, etc.
-causas hogareñas: las tomas de decisiones internas; el control del hogar, del auto, del espacio
territorial, la educación de los hijos, el trabajo. la vivencia religiosa....
La vida y el matrimonio no son un infierno cuando las personas son capaces de sobrellevar las dificultades y contrariedares con madurez y como hijos de Dios. Lo imposible es del demonio no de Dios. Dios es vida y quiere que tengamos vida en abundancia y que seamos felices. ¿Qué nos corresponde? Pasar el cedazo y dejar fuera lo que nos destruye y esclaviza y nos da muerte, y dejar entrar todo aquello que nos une a Dios y al ser que elegimos para amar. Si hay que reír, rie; si hay que llorar, llora, pero siempre espera en Dios, el te ama y quiere un cielo para ti.
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