La vivencia de Dios en cada persona es diferente. Cada persona experimenta a Dios de diferente modo y forma. No hay un Dios igual para cada persona. Santa Teresa del Niño Jesus lo expresa con sencillez al decir que Dios se adapta y se acomoda a cada persona conforme a su capacidad. Ella habla de vasos o recipientes. Dios se da en la medida de apertura, necesidad y capacidad de la persona. Tarea nuestra: descubrir mi apertura, mi necesidad de Dios y mi capacidad de recibirlo. Muchas veces nos abrimos a Dios pero con: -egoísmos; -con timidez; - con miedo; - con arrogancia; - con pre-juicios, etc. Otras veces buscamos a Dios con la idea de que sea nuestro guerrero, defensor, guardián; o como nuestro consolador, apoyador y refugiador. Hay otros que lo buscan como su médico, curandero, su talismán de suerte. Ese proceder es mezquino, deja mucho que decir. Es utilitarista. NO se le busca al est...
RELIGION-FILOSOFIA