Cuando a una persona todo le va mal la vida le parece una pesadilla. El sol le perece oscuro, la sonrisa en una burla y un pedazo de pan en un espejismo. Mi mal, mi desgracia la concibo como la mayor de todas, incluida la de Job. El dolor se entrona como rey. La frustración circula en las venas. Nuestra mente queda estéril. La experiencia de Job y la mia y la de cualquier persona es distinta en sus formas, pero en el fondo coinciden en muchos elementos. Así en el dolor, la impotencia, la opinión de los demás, Dios. Y cada persona buscará la solución. Hasta el hecho de no intentarlo es una búsqueda de solución, quizás la más fallida. Job es todo un maestro. Es un hombre de fe sólida. Dios ocupa su vida, todo el resto es secundario (familia, salud, bienes, prestigio, honor). Tiene bien claro que todo se lo debe a Dios. Dios da y quita. Y su fe le enseña a no maldecir a Dios por los m...
RELIGION-FILOSOFIA