Cuando a una persona todo le va mal la vida le parece una pesadilla. El sol le perece oscuro, la sonrisa en una burla y un pedazo de pan en un espejismo. Mi mal, mi desgracia la concibo como la mayor de todas, incluida la de Job. El dolor se entrona como rey. La frustración circula en las venas. Nuestra mente queda estéril.
La experiencia de Job y la mia y la de cualquier persona es distinta en sus formas, pero en el fondo coinciden en muchos elementos. Así en el dolor, la impotencia, la opinión de los demás, Dios. Y cada persona buscará la solución. Hasta el hecho de no intentarlo es una búsqueda de solución, quizás la más fallida.
Job es todo un maestro. Es un hombre de fe sólida. Dios ocupa su vida, todo el resto es secundario (familia, salud, bienes, prestigio, honor). Tiene bien claro que todo se lo debe a Dios. Dios da y quita. Y su fe le enseña a no maldecir a Dios por los males que esta padeciendo. Enseña a esperar, a ser humilde. La desesperación no puede salir victoriosa. La fe en Dios, si. Es la luz en la oscuridad, es la respuesta al dolor. Job reconoce que sólo Dios tiene la última palabra. Que es el único que realmente nos conoce y sabe lo que nos conviene para ser felices. Superticiones, magias...sólo son piedras que nos impiden descubrir la grandeza real de Dios. No puro cuentos y leyendas. Su Dios es un Dios poderoso y que no engaña ni defrauda al que cree en El.
He aquí la lección de Job: "Reconozco que lo puedes todo, y ningún plan es irrealizable para ti, yo, el que te empañó tus designios con palabras sin sentido; hablé de grandezas que no entendía, de maravillas que superan mi comprensión. Te conocía sólo de oídas, ahora te han visto mis ojos, por eso me retracto y me arrepiento, echándome polvo y ceniza" (Job 42).
La fe de Job nos enseña:
-Sólo Dios puede cambiar lo adverso.
-Sólo Dios realiza al ser humano, no las cosas.
-Sólo Dios concede lo que nos conviene.
-Sólo Dios es grande.
-Sólo Dios nos conoce a fondo.
-Sólo Dios da la felicidad.
Por su fe, Job es bendecido, en salud, familia, bienes. Se dice que murió "anciano y satisfecho".
La experiencia de Job y la mia y la de cualquier persona es distinta en sus formas, pero en el fondo coinciden en muchos elementos. Así en el dolor, la impotencia, la opinión de los demás, Dios. Y cada persona buscará la solución. Hasta el hecho de no intentarlo es una búsqueda de solución, quizás la más fallida.
Job es todo un maestro. Es un hombre de fe sólida. Dios ocupa su vida, todo el resto es secundario (familia, salud, bienes, prestigio, honor). Tiene bien claro que todo se lo debe a Dios. Dios da y quita. Y su fe le enseña a no maldecir a Dios por los males que esta padeciendo. Enseña a esperar, a ser humilde. La desesperación no puede salir victoriosa. La fe en Dios, si. Es la luz en la oscuridad, es la respuesta al dolor. Job reconoce que sólo Dios tiene la última palabra. Que es el único que realmente nos conoce y sabe lo que nos conviene para ser felices. Superticiones, magias...sólo son piedras que nos impiden descubrir la grandeza real de Dios. No puro cuentos y leyendas. Su Dios es un Dios poderoso y que no engaña ni defrauda al que cree en El.
He aquí la lección de Job: "Reconozco que lo puedes todo, y ningún plan es irrealizable para ti, yo, el que te empañó tus designios con palabras sin sentido; hablé de grandezas que no entendía, de maravillas que superan mi comprensión. Te conocía sólo de oídas, ahora te han visto mis ojos, por eso me retracto y me arrepiento, echándome polvo y ceniza" (Job 42).
La fe de Job nos enseña:
-Sólo Dios puede cambiar lo adverso.
-Sólo Dios realiza al ser humano, no las cosas.
-Sólo Dios concede lo que nos conviene.
-Sólo Dios es grande.
-Sólo Dios nos conoce a fondo.
-Sólo Dios da la felicidad.
Por su fe, Job es bendecido, en salud, familia, bienes. Se dice que murió "anciano y satisfecho".
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