Nos encontramos en el libro del Génesis 2,18:"No es bueno que el hombre esté sólo ; le haré una ayuda idónea para él". También bien se puede sustituir la palabra "hombre' por "mujer'. La palabra no va a cambiar el significado, y menos en este tiempo en donde existe la mayor compresión de la Biblia. Hombre y mujer se necesitan y por eso se buscan. Son ayudas mutuas. Se necesitan en el afecto, en el amor, en la procreación, en lo social y material, en lo espiritual. Y el matrimonio se convierte en la cúspide del amor y la ayuda mutua.
El matrimonio es la relación más cercana y entrañable entre un hombre y una mujer. Es la relación más conocida en el mundo. Es la más antigua, la más buscada y la más difícil. Y es la más firme de todas las instituciones a pesar de todos los divorcios que han existidos. El portentaje de los fracasos empresariales ha sido más alto que el de los fracasos matrimoniales, y más costosos. Uno de cada cuatro matrimonio fracasa, tres de cada cuatro negocio fracasa. Y además antes de empezar un negocio se estudia y analiza su potencial, su posibilidades de triunfo. En cambio, en el matrimonio se carece de ese estudio. Se suele ir "enamorado", a la "ciega", a la "suerte". La preparación a algo tan importante es ignorada. No es extraño pues tantos divorcios. Los negocios fracasan con sus "estudios" y los matrimonios por la ausencia de estudios. Hombre y mujer van al matrimonio analfabetos, no se conocen. No conocen ni sus diferencias genéticas ni sus personalidades, ni sus necesidades, sus fines, motivaciones y emociones, ni su creencia y espiritualidad, ni sus valores ni ideales. Con tantas diferencias es sorprendente que existan tantos matrimonios con éxitos.
El y ella tienen en el Génesis la palabra clave:"AYUDA". Es una ayuda recíproca, para el bien de ambos. Ambos se saben que son imperfectos, que cometen errores, que por lo tanto, no existen matrimonios perfectos. No hay pues, ninguna persona perfecta que pueda sastifacer todas las necesidades de otra.
Muchos de los divorcios hoy día ponen como causa principal la incompatibilidad, pero todos sabemos que el matrimonio es algo incompatible. Es ridículo, pues la incompatibilidad entre hombre y mujer es real y desde siempre. Tenemos tendencias, fines, necesidades, condicionamentos sociales y espirituales distintos. Existirán puntos comunes, pero la diferencia es notable. Muchos matrimonios estan destinados al fracaso precisamente por la falta de ayuda mutua. Una ayuda que puede traducirse en conocerse como individuos, fortalecer los puntos débiles, tolerar las situaciones irracionales, etc. Una buena ayuda es tratar de uno mismo cambiar. En la medida que yo cambio el otro cambia. Como se suele decir, amas antes que buscar ser amado, sirves antes que ser servido.
El matrimonio es la relación más cercana y entrañable entre un hombre y una mujer. Es la relación más conocida en el mundo. Es la más antigua, la más buscada y la más difícil. Y es la más firme de todas las instituciones a pesar de todos los divorcios que han existidos. El portentaje de los fracasos empresariales ha sido más alto que el de los fracasos matrimoniales, y más costosos. Uno de cada cuatro matrimonio fracasa, tres de cada cuatro negocio fracasa. Y además antes de empezar un negocio se estudia y analiza su potencial, su posibilidades de triunfo. En cambio, en el matrimonio se carece de ese estudio. Se suele ir "enamorado", a la "ciega", a la "suerte". La preparación a algo tan importante es ignorada. No es extraño pues tantos divorcios. Los negocios fracasan con sus "estudios" y los matrimonios por la ausencia de estudios. Hombre y mujer van al matrimonio analfabetos, no se conocen. No conocen ni sus diferencias genéticas ni sus personalidades, ni sus necesidades, sus fines, motivaciones y emociones, ni su creencia y espiritualidad, ni sus valores ni ideales. Con tantas diferencias es sorprendente que existan tantos matrimonios con éxitos.
El y ella tienen en el Génesis la palabra clave:"AYUDA". Es una ayuda recíproca, para el bien de ambos. Ambos se saben que son imperfectos, que cometen errores, que por lo tanto, no existen matrimonios perfectos. No hay pues, ninguna persona perfecta que pueda sastifacer todas las necesidades de otra.
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