JESUS invita a adorar al Padre en espíritu y en verdad; por lo mismo nos está indicando:
- en cualquier LUGAR
- en todo TIEMPO
- en cualquier CIRCUNSTANCIA.
NO existe excusa para no orar, para no buscar a Dios. Y es que Dios es siempre una PRESENCIA. Es un eterno PRESENTE, un AQUI y AHORA. Está detrás de las cosas; se manifiesta en los acontecimientos; surge en medio de nuestra incesante actividad; aparece en el dolor, la alegría. En el trabajo, en el descanso, cuando estoy caminado o estoy sentado. En fin, Dios se comunica en las mediaciones y está dentro de nosotros. Y es que a Dios se le puede encontrar bajo la superficie de lo ordinario, de lo sencillo, de lo insólito. Y el hombre de fe, desde su interior y sensibilidad, percibe que "las cosas dicen muchas cosas de Dios". Una Flor habla de Dios, una canción, un poema, un gesto de amor y de amistad, un abrazo...Como decía Santa Teresa: "Entre los pucheros anda el Señor".
La PRESENCIA de Dios se hace amorosa, lo cual producirá paz y libertad interior. Es transformante, crea una relación sincera y profunda, envuelve a toda la persona. En un primer momento nos corresponde esforzarnos, salir a la búsqueda de Dios; más adelante vendrá el DON de Dios que formará nuestro ser y nuestro pensar y actuar en un hábito . Jesus nos lo dice: " Estoy a la puerta y llamo; si alguien me abre, yo entraré y cenaré con él " (Ap 3,20).
Dios deja de ser distante, y yo dejo de ser escurridizo. Se realiza la recipricidad de conciencia, la comunión de filiación, él es mi Padre, yo soy su hijo Orar, dice Santa Teresa, es estar o querer estar en tan buena compañía, como es la de Dios. Dios es como un enamorado que cerca por todas partes a quien ama.
La PRESENCIA de Dios se convierte en una experiencia de amor. Parece una fantasía vana, una ilusión, pero para el que tiene FE es real. Por ella da su vida, porque es a Dios a quien tiene en su ser. Dios en Mí y Yo en Dios.
- en cualquier LUGAR
- en todo TIEMPO
- en cualquier CIRCUNSTANCIA.
La PRESENCIA de Dios se hace amorosa, lo cual producirá paz y libertad interior. Es transformante, crea una relación sincera y profunda, envuelve a toda la persona. En un primer momento nos corresponde esforzarnos, salir a la búsqueda de Dios; más adelante vendrá el DON de Dios que formará nuestro ser y nuestro pensar y actuar en un hábito . Jesus nos lo dice: " Estoy a la puerta y llamo; si alguien me abre, yo entraré y cenaré con él " (Ap 3,20).
Dios deja de ser distante, y yo dejo de ser escurridizo. Se realiza la recipricidad de conciencia, la comunión de filiación, él es mi Padre, yo soy su hijo Orar, dice Santa Teresa, es estar o querer estar en tan buena compañía, como es la de Dios. Dios es como un enamorado que cerca por todas partes a quien ama.
La PRESENCIA de Dios se convierte en una experiencia de amor. Parece una fantasía vana, una ilusión, pero para el que tiene FE es real. Por ella da su vida, porque es a Dios a quien tiene en su ser. Dios en Mí y Yo en Dios.
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