Nadie es igual a nadie. Podemos parecernos en lo físico, en las ideas, en lo espiritual...y sin embargo la diferencia es lo que domina. Somos asimétricos,esto es, seres que no poseemos una exactitud entre sí. Cada persona es diferente en su ser y en su forma de ser. Se puede alegar que tenemos una sangre roja, pero no quiere decir que somos iguales e idénticos. Hay "parecidos", "semejanzas", pero no identidad de ser. Se puede alegar que somos humanos, pero no quiere decir que poseemos la misma identidad de ser. Es lo grandioso de la creación de Dios, nos hizo seres humanos diferentes, que aunque poseemos muchos elementos en común no nos hizo idénticos, no pensamos, ni actuamos, ni hablamos y reímos iguales. Aunque procedemos de un mismo tronco, Dios, la individualidad se caracteriza y se impone.
Nuestro error es querer ser el otro. No se esta contento ni comforme con lo que es. No está a gusto con lo que es. Y esto sin tomar en cuenta lo externo de nuestro ser: color, tamaño, raza, familia, posición social, etc. Se vive más para lo "exterior" que para lo interior. No es extraño la frustración, la inconformidad y la angustia.
No es raro ver a muchos padres que quieren que sus hijos sean iguales a ellos. Desde que nace el niño/a se busca el "parenquezco": " SE PARECE A....). Y cuando van creciendo aunque no se parezca a uno de ellos buscan que piense y actue como ellos. Van sembrando en sus hijos un estatus de "preferencia": al más parecido a mi a ese lo consiento y todo es para el o ella. Se crean muros, resentimientos y diviciones en la misma familia. Que luego es llevado a la misma sociedad, así por ejemplo, el racismo, el sistema de clases sociales, la intoleracia, etc.
En resumen:.hay que aprender a ser uno mismo, y reforzar en forma positiva todos aquellos puntos frágiles y débiles que ahogan nuestra identidad.
Nuestro error es querer ser el otro. No se esta contento ni comforme con lo que es. No está a gusto con lo que es. Y esto sin tomar en cuenta lo externo de nuestro ser: color, tamaño, raza, familia, posición social, etc. Se vive más para lo "exterior" que para lo interior. No es extraño la frustración, la inconformidad y la angustia.
No es raro ver a muchos padres que quieren que sus hijos sean iguales a ellos. Desde que nace el niño/a se busca el "parenquezco": " SE PARECE A....). Y cuando van creciendo aunque no se parezca a uno de ellos buscan que piense y actue como ellos. Van sembrando en sus hijos un estatus de "preferencia": al más parecido a mi a ese lo consiento y todo es para el o ella. Se crean muros, resentimientos y diviciones en la misma familia. Que luego es llevado a la misma sociedad, así por ejemplo, el racismo, el sistema de clases sociales, la intoleracia, etc.
En resumen:.hay que aprender a ser uno mismo, y reforzar en forma positiva todos aquellos puntos frágiles y débiles que ahogan nuestra identidad.
Comentarios
Publicar un comentario