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Mostrando entradas de enero 20, 2013

DIOS JUZGA O NO JUZGA?

     Desde la infancia se nos ha enseñado la idea del Dios que juzga. Que Dios está  como aquel ser vigilante, atento a cada acto que hacemos.¡Y somos millones de hijos suyo! Imaginemos por un instante esa vigilanacia. Es como querer ver todas las estrellas a la vez. En nuestra mente sólo  cabe la palabra: ¡imposible! ¿Cómo  poder ver en un mismo instante a todos los seres humanos, ver cada simple y minúsculo acto? ¡Imposible! Desde nuestra capacidad es imposible, pero desde la del Creador, no. Y el principal error nuestro es el conceptuar a Dios. Dios humanoide, antropológico. Lo hemos fabricado y adaptado como un ser humano. Lo hemos echo uno igual a nosotros, más  aún, como aquel que posee y utiliza nuestros criterios de pensar y actuar. Y el juzgar entra en ese nivel. Dios juzga, decimos, porque nosotros juzgamos. Que Dios ama, porque nosotros amamos. Dios excluye, rechaza, condena....porque nosotros lo hacemos así. Y lamentablemente, con el buen propósito o no, no es así. Ni Dios

HACIA DIOS CON CONTROL

     No se si ha existido o existe una persona equilibrada. Pues no ha existido ni existe la medida ni la balanza para hacerlo. No existe una psicología exacta. Cojeamos de algo o nos falta un tornillo. Ni los mismos santos lo fueron. Pero esto no nos derrota en la búsqueda de lo mejor, de querer crecer y madurar más . Y ellos son un testimonio de superación que nosotros podemos aprovechar.       Los catolicos sabemos del llamado a ser santos. No es lo mismo que decir "creer en Dios". Creer  en Dios no es sinónimo de querer ser santos, pero querer ser santos si es sinónimo de creer en Dios. Me explico: conozco de traficantes, abortistas, politicos...que dicen creer en Dios, pero en la práctica  no creen en la vida, en el amor, en el perdón, en la gente, en la Iglesia...En cambio,los que buscan ser santos si dejan un rastro de que creen en Dios. Todo su caminar, su esfuerzo y entrega lo impulsan a obrar conforme a su creencia en Dios. Son personas de bien, pero no un cualquie