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Mostrando entradas de agosto 31, 2014

LOS CELOS

    Dice San Agustín: “El que no tiene celos no está enamorado”.   Y si lo dijo un santo yo me lo creo. Pero, ¿a qué celos se refiere? ¿A esos enfermizos que terminan en dolor, odio y muerte? O   ¿a esos que alimentan al amor?      Es normal sentir celos. Hasta son necesarios. Ayuda a mantener encendida la chispa del amor.   El niño siente celos de su madre. La niña siente celo de su padre. Ambos celan sus juguetes. El adolescente cela su intimidad y privacidad. El joven y el adulto celan sus parejas. Y la pregunta es: ¿Hasta qué punto hay que celar? ¿Hasta qué nivel debo celar? El problema está en el nivel de madurez de la persona. El inmaduro confunde amar con poseer. Ve a su pareja como una posesión, como un objeto que se ganó, que compró.  Busca un control total. Quiere controlar su pensar, su actuar, su espacio y tiempo. Es una obsesión que ha convertido en una enfermedad, y por lo tanto, dañina. A   su alrededor solo ve peligro, desconfianza. En cambio la persona con un ci