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Mostrando entradas de marzo 4, 2012

La oracion y el trabajo

    Siempre ha existido un planteamiento sobre la oracion y el trabajo, como si fueran dos enemigos, como si uno es "mejor" y "superior" que el otro. Se llega a respuestas de todos los niveles, cada una desde su situacion personal, su estado de animo, sus intereses e inclinaciones.     Los de una parte: que si la oracion se ve impedida por el trabajo; que si el trabajo es pretexto para dejar de lado la oracion; que si el trabajo distrae de la oracion; que si el trabajo mira solo a intereres inmediatos y terrenos; que la oracion tiene un valor trascendente, no utilitario; que la oracion es mas eficiente, etc.     Los de la otra posición suelen expresarse así: que el trabajo ennoblece a la persona; que la oración enajena; que es una ilusión y una fantasía; que Dios ha prescrito el trabajo; que el servicio al hermano es mas agradable a Dios; que la oración es intimista; en fin que en el trabajo y en la relación humana se encuentra a Dios y que por lo mismo el trabajo

SU NOMBRE: JESUS

JESUS Su transcripción del griego proviene de Yesua'= (Yehosua'), que significa "Yahveh es salvación". Era un nombre muy común entre los judíos, por lo tanto su significado no era tomado en cuenta, pasaba a ser indiferente e inadvertido. Pero no así en el plan de Dios. Tal es así que cuando Dios envia al angel a Maria lleva como tarea explícita  el nombre que desea para su hijo. El angel es enviado con el NOMBRE (Lc 1,31; 2,21).  El hijo de Maria y el hijo adoptivo de Jose se llamará: JESUS. Y dicho nombre tiene su explicación  y que le dará el significado a su plan: "Porque librará  a su pueblo de sus pecados". El objetivo es salvífico, por lo tanto, religioso, no político ni social, ni económico.  El  nombre posee ya un poder, una autoridad, una dirección: Dios. En la carta a los Filipenses (2,9s) se dice que "Dios le concedió el nombre sobre todo nombre, para que en el nombre de Jesus toda rodilla se doble en el cielo, en la tierra

PRESENCIA DE DIOS

     JESUS invita a adorar al Padre en espíritu  y en verdad; por lo mismo nos está  indicando:                                                        - en cualquier LUGAR                                                        - en todo TIEMPO                                                        - en cualquier CIRCUNSTANCIA.      NO existe excusa para no orar, para no buscar a Dios. Y es que Dios es siempre una PRESENCIA. Es un eterno PRESENTE, un AQUI y AHORA. Está  detrás de las cosas; se manifiesta en los acontecimientos; surge en medio de nuestra incesante actividad; aparece en el dolor, la alegría. En el trabajo, en el descanso, cuando estoy caminado o estoy sentado. En fin, Dios se comunica en las mediaciones y está  dentro de nosotros. Y es que a Dios se le puede encontrar bajo la superficie de lo ordinario, de lo sencillo, de lo insólito. Y el hombre de fe, desde su interior y sensibilidad, percibe que "las cosas dicen muchas cosas de Dios". Una Flor habl