San Lucas 4, 14 dice: "Jesús volvió a Galilea con la fuerza del Espíritu". Fuerza da a entender poder. Poder da a entender dominio. Y quien domina gobierna. Es la lógica del mundo. Pero aquí no va esa idea. La fuerza del Espíritu es para amar. Tal es así que Lucas pone en los labios de Jesús la siguiente frase:" El Espíritu del Señor esta sobre mí, porque el me ha ungido. Me ha enviado a anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el ano de gracia del Señor". Dos palabras claves, una al inicio y otra al final del párrafo: ungido y gracia. - "me ha ungido". - "para anunciar el año de gracia del Señor". La fuerza del Espíritu que Jesús posee es la fuerza del mismo Dios-Padre. No es una fuerza de violencia ni de dominio. Es una fuerza para amar. Un amor que se hace servicio al he
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