PADRE, que miras por igual a todos tus
hijos a los que ves enfrentados.
NUESTRO, de todos. De los miles de millones de personas
que poblamos la tierra, sea cual sea nuestra edad, color o lugar de nacimiento.
QUE ESTAS EN EL CIELO, y en la tierra, en cada hombre, en
los humildes y en los que sufren.
SANTIFICADO SEA TU NOMBRE, pero no con el fragor de las
armas, sino con el murmullo del corazón.
VENGA A NOSOTROS TU REINO, el de la paz, el del amor, el
de la armonía, y aleja de nosotros los reinos de la tiranía y de la
explotación.
HÁGASE TU VOLUNTAD siempre y en todas partes. En el cielo
y en la tierra. Que tus deseos no sean obstaculizados por los hijos del poder.
DANOS EL PAN DE CADA DÍA, amasado con justicia, con amor.
Aleja de nosotros el pan de la cizaña, que siembra envidia y división.
PERDÓNANOS, no como lo hacemos nosotros, sino como Tú
perdonas, sin dejar lugar al odio.
NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN de almacenar lo que no
nos has dado, de acumular lo que otros necesitan, de mirar con recelo al de
enfrente.
LÍBRANOS DEL MAL que nos amenaza, de las armas, del
poder, de la sociedad de consumo, de vivir apoyados en el gasto...porque somos
muchos, Padre, los que queremos vivir en sana armonía.
DIOS, PADRE DE AMOR CUIDA DE TODOS SUS
HIJOS TODOS LOS DIAS.
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