El título es una frase de Shakespeare, la cual expresa de una manera cruel y directa el conocimiento que debe existir en la pareja, abarcando noviazgo, unión libre y matrimonio. Se hace imprescindible para obtener éxito en el matrimonio conocer al "oso" o la "osa" para que la canción tenga éxito.
¿Qué trato de decir? Tanto el hombre como la mujer tienen sus encantos, sus atributos, cualidades,etc. Pero al mismo tiempo poseen sus salvajismos, sus asperezas, sus garras y defectos que pueden conducir al abismo el más romántico amor. Hay que preguntarse: ¿Por qué mi pareja actúa así? ¿Qué le pasa? ¿Quién es? Por lo general el factor biológico es el que impera en la personalidad, en la conducta y habitos de la persona. De vez en cuando surgen conflictos que irritan y fastidian. Puede ser un choque para cualquier mujer o hombre encontrase que su amor/pareja es un dictador-a, un desconfiado-a, un-a irrazonable, etc. Dicen que el amor es soportar todo, es obediencia ciega y total, es sumisión, lo cual es falso, inhumano y contra el proyecto de Dios. Nada que conlleve esclavitud, humillacion y denigrar a la persona proviene de Dios. Y aquí surge el momento de sentarse y reflexionar. Lo cual significa dar paso a la realidad. Y la habilidad para enfrentarse con la realidad es la clave para un matrimonio exitoso.
¿ Qué pinta Dios en todo esto? La solución es siempre de la persona. Muchos elegirán el divorcio, la separación. Otros elegirán el masoquismo. Otros se cruzaran de brazos, y otros lucharan hasta donde la fuerza le alcance. Y otros, muy pocos, unirán sus esfuerzos a la ayuda profesional y a la de Dios. Dios no es indiferente a nuestros conflictos de parejas. Muchas veces decimos: "que sea la voluntad de Dios". Pero, cual voluntad? A ser humillados, a ser ignorados, a ser maltratados, e incluso a morir. Ahí esta en grave error, en pensar que Dios quiere eso en nuestra vida. Lo que Dios nos exhorta es sacudirnos de ese "polvo" que nos intoxica y mata. Es descubrir que El nos ha proporcionado un sistema de valores y cualidades para que vivamos una vida digna y feliz. Es una invitación de apropiarnos de ese sistema de valores y creer en su eficacia.
La paciencia, la tolerancia, la oración también serán ayudas gratas e importantes. El amor por si solo no es suficiente, por muy fuerte que sea para lidiar con los desencantos, las presiones y conflictos del matrimonio.
Ante todo conflicto matrimonial se debe buscar armonizar, en donde ambos busquen conocerse y entenderse mutuamente, y se abran a enfrentarlo con franqueza y honestidad. Una mujer que ame a su marido lo suficiente como para desear conocerlo, lo conocerá. De igual el hombre. Si hay amor, la comunicación es posible y esta disponible.
Lo que Dios desea es que exista el amor, armonía, comprensión y comunicación entre los integrantes de la pareja. Pero Dios deja que los suyos luchen y trabajen para alcanzar la meta, la felicidad matrimonial y personal.
¿Qué trato de decir? Tanto el hombre como la mujer tienen sus encantos, sus atributos, cualidades,etc. Pero al mismo tiempo poseen sus salvajismos, sus asperezas, sus garras y defectos que pueden conducir al abismo el más romántico amor. Hay que preguntarse: ¿Por qué mi pareja actúa así? ¿Qué le pasa? ¿Quién es? Por lo general el factor biológico es el que impera en la personalidad, en la conducta y habitos de la persona. De vez en cuando surgen conflictos que irritan y fastidian. Puede ser un choque para cualquier mujer o hombre encontrase que su amor/pareja es un dictador-a, un desconfiado-a, un-a irrazonable, etc. Dicen que el amor es soportar todo, es obediencia ciega y total, es sumisión, lo cual es falso, inhumano y contra el proyecto de Dios. Nada que conlleve esclavitud, humillacion y denigrar a la persona proviene de Dios. Y aquí surge el momento de sentarse y reflexionar. Lo cual significa dar paso a la realidad. Y la habilidad para enfrentarse con la realidad es la clave para un matrimonio exitoso.
¿ Qué pinta Dios en todo esto? La solución es siempre de la persona. Muchos elegirán el divorcio, la separación. Otros elegirán el masoquismo. Otros se cruzaran de brazos, y otros lucharan hasta donde la fuerza le alcance. Y otros, muy pocos, unirán sus esfuerzos a la ayuda profesional y a la de Dios. Dios no es indiferente a nuestros conflictos de parejas. Muchas veces decimos: "que sea la voluntad de Dios". Pero, cual voluntad? A ser humillados, a ser ignorados, a ser maltratados, e incluso a morir. Ahí esta en grave error, en pensar que Dios quiere eso en nuestra vida. Lo que Dios nos exhorta es sacudirnos de ese "polvo" que nos intoxica y mata. Es descubrir que El nos ha proporcionado un sistema de valores y cualidades para que vivamos una vida digna y feliz. Es una invitación de apropiarnos de ese sistema de valores y creer en su eficacia.
La paciencia, la tolerancia, la oración también serán ayudas gratas e importantes. El amor por si solo no es suficiente, por muy fuerte que sea para lidiar con los desencantos, las presiones y conflictos del matrimonio.
Ante todo conflicto matrimonial se debe buscar armonizar, en donde ambos busquen conocerse y entenderse mutuamente, y se abran a enfrentarlo con franqueza y honestidad. Una mujer que ame a su marido lo suficiente como para desear conocerlo, lo conocerá. De igual el hombre. Si hay amor, la comunicación es posible y esta disponible.
Lo que Dios desea es que exista el amor, armonía, comprensión y comunicación entre los integrantes de la pareja. Pero Dios deja que los suyos luchen y trabajen para alcanzar la meta, la felicidad matrimonial y personal.
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