Hay un fenomeno muy peligroso dentro de la Iglesia: la predicacion. Me refiero a sus dos vertientes mas comunes: misas y retiros. En ambos, dado su tiempo empleado, se busca dar lo esencial del mensaje religioso. Es buscar llegar al publico en su maxima expresion. Es conducir a la persona a Dios. Es abrir y despertar la conciencia a lo religioso. Pero hay peros. Hay buenos y malos predicadores. Hay erudictos y hay mediocres. Asi es la vina del Senor. Pero aparte de la "buena intencion" hay que cuestionarse la preparacion. Ciertamente el Espiritu Santo sopla a quien quiere y cuando quiere, pero no es excusa para no preparar una predicacion o una homilia. Se llega a tanta barbaridad que en vez de encender la fe, la apaga. Surgen expertos en medicina, sicologia, economia, politica, visiones y milagros.
En muchas homilia se habla de todo menos de las lecturas biblicas, del tiempo liturgico que se vive, de la vivencia eclesial, etc. Se prefiere hablar de temas ajenos a la liturgia. Y cuando lo abordan a penas lo desarrollan, o no saben por donde seguir y como terminarlo. Estan fuera de "onda", parece que viven en otro planeta. No hay derecho, por el simple hecho de que el sacerdote es sacerdote tenga que hacer lo que le viene en ganas. La homilia no es asunto de caprichos es asunto de respectar la Palabra de Dios y al Pueblo de Dios. Si deseas hablar economia, sicologia...convoca al pueblo en otra ocacion. No le "maquille", ni le "empane" el mensaje de Dios. Si no esta preparado para dar una homilia es mejor permanecer en silencio, orar.
Y que decir de los predicadores en retiros. Aqui me refiero a los que salen a dar sus predicas a grupos (carismaticos-cursillistas, etc.). Por lo general son laicos predicadores. Entiendo que Dios le invita a ser un testigo, un apostol, un misionero..!Es grandioso! Pero, otros peros. Con la gente no se pase de listo, no son ninos bobos ni ciegos ignorantes. Toda predicacion exige, a parte de la inspiracion del Espiritu Santo, la formacion. Una formacion solida en la Palabra de Dios, en los documentos del magisterio, en las normas de la Iglesia. No es solo asunto de lo que "yo creo", "lo que me gusta, "lo que la inspiracion " me dijo. No es asunto de que "predico lindo" ni de que "ese si sabe", es asunto de que eso que predico es valido, afincado en la verdad Biblica y en la verdad del magisterio. Hay que sacar horas y horas para la formacion. Hay que sentarse, estudiar. Hay que investigar, la predicacion exige disciplina, formacion. No basta "las buenas intenciones" de predicar, anunciar a Jesus, hay que empaparse de estudios serios y profundos conforme a lo que el magisterio considera adecuado y correcto. Hay que dejar a un lado la pasion y la euforia sin formacion.
El magisterio de la Iglesia nos recuerda que la Palabra de Dios, la Biblia no es de libre interpretacion, no se trata de decir lo que me da la gana. Es de formarse y prepararse con responsabilidad, y asi convertirla en norma y germen de vida. De este modo la Palabra de Dios se convierte en guia y fuerza en nuestro caminar. Tanto la homilia como la predica deben evitar ser "tertulias", "teatro", "relatos de voces y visiones".Y peor aun de"coloquios politicos, medicos...". La Palabra de Dios no puede ser manipulada, transformada y adoptada al propio gusto. Es un deber cuidar el lenguaje que se emplea, la mentalidad del publico al que se dirije. Es hacer llegar el mensaje de Dios a la vida. Es hacer presente la voz de Dios. Esto exige actualizacion del mensaje. Exige oracion y estudio, no improvizacion. Y como predicador, no solo exhorta, sino que anuncia y ensena, y que finalmente, conduce al corazon del misterio.
El papa Benedicto XVI da unas ideas a tener encuenta al hacer una homilia: "Se han de evitar homilias genericas y abstractas, que oculten la sencillez de la Palabra de Dios, asi como de inutiles divagaciones que corren el riesgo de atraer la atencion mas sobre el predicador que sobre el corazon del mensaje evangelico" (Exhortacion Apostolica Verbum Domini, 59).
Y siendo Cardenal, quizas en broma, pero muy preocupante dijo: "El milagro de la Iglesia es sobrevivir cada domingo a millones de pesimas homilias". Y nada que decir de esos exaltados predicadores que inundan las parroquias y centros espirituales. Mejor....orar.
Concluyo con las palabras del papa Francisco dirigiendose a los miembros de la Pontificia Comision Biblica: "La interpretacion de las Sagradas Escrituras no puede ser solamente una labor cientifica personal, sino que siempre debe ser confrontada, insertada y autenticada con la tradicion viva de la Iglesia" (Abril 12-2013).
En muchas homilia se habla de todo menos de las lecturas biblicas, del tiempo liturgico que se vive, de la vivencia eclesial, etc. Se prefiere hablar de temas ajenos a la liturgia. Y cuando lo abordan a penas lo desarrollan, o no saben por donde seguir y como terminarlo. Estan fuera de "onda", parece que viven en otro planeta. No hay derecho, por el simple hecho de que el sacerdote es sacerdote tenga que hacer lo que le viene en ganas. La homilia no es asunto de caprichos es asunto de respectar la Palabra de Dios y al Pueblo de Dios. Si deseas hablar economia, sicologia...convoca al pueblo en otra ocacion. No le "maquille", ni le "empane" el mensaje de Dios. Si no esta preparado para dar una homilia es mejor permanecer en silencio, orar.
Y que decir de los predicadores en retiros. Aqui me refiero a los que salen a dar sus predicas a grupos (carismaticos-cursillistas, etc.). Por lo general son laicos predicadores. Entiendo que Dios le invita a ser un testigo, un apostol, un misionero..!Es grandioso! Pero, otros peros. Con la gente no se pase de listo, no son ninos bobos ni ciegos ignorantes. Toda predicacion exige, a parte de la inspiracion del Espiritu Santo, la formacion. Una formacion solida en la Palabra de Dios, en los documentos del magisterio, en las normas de la Iglesia. No es solo asunto de lo que "yo creo", "lo que me gusta, "lo que la inspiracion " me dijo. No es asunto de que "predico lindo" ni de que "ese si sabe", es asunto de que eso que predico es valido, afincado en la verdad Biblica y en la verdad del magisterio. Hay que sacar horas y horas para la formacion. Hay que sentarse, estudiar. Hay que investigar, la predicacion exige disciplina, formacion. No basta "las buenas intenciones" de predicar, anunciar a Jesus, hay que empaparse de estudios serios y profundos conforme a lo que el magisterio considera adecuado y correcto. Hay que dejar a un lado la pasion y la euforia sin formacion.
El magisterio de la Iglesia nos recuerda que la Palabra de Dios, la Biblia no es de libre interpretacion, no se trata de decir lo que me da la gana. Es de formarse y prepararse con responsabilidad, y asi convertirla en norma y germen de vida. De este modo la Palabra de Dios se convierte en guia y fuerza en nuestro caminar. Tanto la homilia como la predica deben evitar ser "tertulias", "teatro", "relatos de voces y visiones".Y peor aun de"coloquios politicos, medicos...". La Palabra de Dios no puede ser manipulada, transformada y adoptada al propio gusto. Es un deber cuidar el lenguaje que se emplea, la mentalidad del publico al que se dirije. Es hacer llegar el mensaje de Dios a la vida. Es hacer presente la voz de Dios. Esto exige actualizacion del mensaje. Exige oracion y estudio, no improvizacion. Y como predicador, no solo exhorta, sino que anuncia y ensena, y que finalmente, conduce al corazon del misterio.
El papa Benedicto XVI da unas ideas a tener encuenta al hacer una homilia: "Se han de evitar homilias genericas y abstractas, que oculten la sencillez de la Palabra de Dios, asi como de inutiles divagaciones que corren el riesgo de atraer la atencion mas sobre el predicador que sobre el corazon del mensaje evangelico" (Exhortacion Apostolica Verbum Domini, 59).
Y siendo Cardenal, quizas en broma, pero muy preocupante dijo: "El milagro de la Iglesia es sobrevivir cada domingo a millones de pesimas homilias". Y nada que decir de esos exaltados predicadores que inundan las parroquias y centros espirituales. Mejor....orar.
Concluyo con las palabras del papa Francisco dirigiendose a los miembros de la Pontificia Comision Biblica: "La interpretacion de las Sagradas Escrituras no puede ser solamente una labor cientifica personal, sino que siempre debe ser confrontada, insertada y autenticada con la tradicion viva de la Iglesia" (Abril 12-2013).
Comentarios
Publicar un comentario