Es muy raro ver jóvenes casándose por la Iglesia. Hay una escasez muy grande. Hay miedo al matrimonio. Las causas son muy variadas: la economía, el trabajo, los hijos por venir, la fidelidad, el compromiso, etc. Y lo más basico: el amor. Sin amor el matrimonio se derrumba. Es muy triste ver tantos matrimonios a la deriba, tantos niños sufriendos, tanto rencor y odio, y también violencia. Nuestra sociedad se ha entregado a vivir desunidos, cada uno vive en su propio mundo, su egoísmo y hedonismo. Hoy la sociedad sufre porque la familia sufre. Si no hay amor en la familia en la sociedad no hay amor. La familia es la base de la sociedad, de la convivencia, la tolerancia, el perdón, el servicio, el amor...
¿Qué hacer? ¿Cómo evitar tanto dolor? ¿Cómo fomentar la unidad? Por los medios de comunicación sólo se escucha: "vótalo", "sácalo de la casa", "ponle una orden de alejamiento", "llámale la policia", "llévalo a la corte". "pídele el divorcio", "Vete bien lejos", etc. Y la psicología barata, la comercial, que sólo busca su interés y tener clientes, que se hace pasar como la más sabia y experta, la infalible...dando consejos, que por lo general, se extienden hasta llegar al divorcio y hasta donde llegó la cuenta de ahorro del cliente. Un desastre total.
Para el catolico, el matrimonio no es asunto de varas mágicas, es asunto de consciencia, de entender que el camino es arduo y con espinas, pero que se afianza en el amor y respecto mutuo. Y más aún, que tiene su base en Dios-amor, quien da luz y fuerza para los momentos difíciles.
El libro de los Proverbios 24, 2-3 nos ofrece unas breves pautas a seguir para obtener un matrimonio sólido, una familia con base. Nos dice:" Con SABIDURIA se construye una casa, con PRUDENCIA se afianza, y con CONOCIMIENTO se llenan todas sus habitaciones con todo bien precioso y deseable".
Tenemos pues: sabiduría, prudencia y conocimiento. Veamos cada una.
La sabiduria se definiria como el grado más alto del conocimiento, lo más profundo en las ciencias. En la persona sería "mirar con discernimiento" aquellas actitudes, valores, principios, conductas...de la persona que me atrae para formar una familia, para ser pareja. Es al mismo tiempo discernir en uno mismo aquellos detalles que provocarían o provocan en la otra persona molestia y enojo. Si no las corregimos se convierten en causas de discusiones, males entendidos, disgustos y por ende causan la ruptura en la relación de la pareja. Mirar con discernimiento sería reconocerlas y tomar pasos concretos para solucionarlas. Es reconocer y remediar.
La prudencia se definiría como sensatez, buen juicio, la moderación. En teología es una de las cuatro virtudes cardinales que consiste en discernir y distinguir lo que es bueno o malo, para seguirlo o huir de ello. En los enamorados, en la pareja es importante no dejarse llevar por las emociones o los impulsos. Pensar antes de hablar o actuar. Ser paciente con la otra persona. Esto ayuda bastante en las situaciones difíciles. Es ayudar a entender dónde se encuentra emocionalmente la otra persona. Y al mismo tiempo saber escoger las palabras adecuadas al momento que se vive. Nuestro temperamento se educa o re-educa.
El conocimiento se define como acción y efecto de conocer. En la persona no es otra cosa que conocerme y conocer a la otra persona. A veces solemos juzgar las acciones de los demás, sin saber por que el o ella son así. Es decubrir nuestros defectos y virtudes, como piensa, como siento, como comunica sus sentimientos. Constantemente estamos resaltando sólo los defectos pero cuando nos damos a la tarea de descubrir las cosas buenas que uno y otro tienen, esto le ayuda a apreciar lo que uno u otro hacen. Reconocer, dar gracias, apreciar los esfuerzos no pueden pasar por alto. El conocerse facilita el diálogo, la communicación y la intimidad en todos los niveles de la relación de la pareja.
En conclusión , hay muchas cosas que fortalecen la familia, que la embellecen y ennoblecen, solo es cuestión de saber buscarlas y enraizarlas en Dios. En Dios la familia nunca camina sola.
¿Qué hacer? ¿Cómo evitar tanto dolor? ¿Cómo fomentar la unidad? Por los medios de comunicación sólo se escucha: "vótalo", "sácalo de la casa", "ponle una orden de alejamiento", "llámale la policia", "llévalo a la corte". "pídele el divorcio", "Vete bien lejos", etc. Y la psicología barata, la comercial, que sólo busca su interés y tener clientes, que se hace pasar como la más sabia y experta, la infalible...dando consejos, que por lo general, se extienden hasta llegar al divorcio y hasta donde llegó la cuenta de ahorro del cliente. Un desastre total.
Para el catolico, el matrimonio no es asunto de varas mágicas, es asunto de consciencia, de entender que el camino es arduo y con espinas, pero que se afianza en el amor y respecto mutuo. Y más aún, que tiene su base en Dios-amor, quien da luz y fuerza para los momentos difíciles.
El libro de los Proverbios 24, 2-3 nos ofrece unas breves pautas a seguir para obtener un matrimonio sólido, una familia con base. Nos dice:" Con SABIDURIA se construye una casa, con PRUDENCIA se afianza, y con CONOCIMIENTO se llenan todas sus habitaciones con todo bien precioso y deseable".
Tenemos pues: sabiduría, prudencia y conocimiento. Veamos cada una.
La sabiduria se definiria como el grado más alto del conocimiento, lo más profundo en las ciencias. En la persona sería "mirar con discernimiento" aquellas actitudes, valores, principios, conductas...de la persona que me atrae para formar una familia, para ser pareja. Es al mismo tiempo discernir en uno mismo aquellos detalles que provocarían o provocan en la otra persona molestia y enojo. Si no las corregimos se convierten en causas de discusiones, males entendidos, disgustos y por ende causan la ruptura en la relación de la pareja. Mirar con discernimiento sería reconocerlas y tomar pasos concretos para solucionarlas. Es reconocer y remediar.
La prudencia se definiría como sensatez, buen juicio, la moderación. En teología es una de las cuatro virtudes cardinales que consiste en discernir y distinguir lo que es bueno o malo, para seguirlo o huir de ello. En los enamorados, en la pareja es importante no dejarse llevar por las emociones o los impulsos. Pensar antes de hablar o actuar. Ser paciente con la otra persona. Esto ayuda bastante en las situaciones difíciles. Es ayudar a entender dónde se encuentra emocionalmente la otra persona. Y al mismo tiempo saber escoger las palabras adecuadas al momento que se vive. Nuestro temperamento se educa o re-educa.
En conclusión , hay muchas cosas que fortalecen la familia, que la embellecen y ennoblecen, solo es cuestión de saber buscarlas y enraizarlas en Dios. En Dios la familia nunca camina sola.
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