Me produce mucha gracia cuando oigo decir:"Es que mi caracter es...". Y ahi le podemos llenar de la canasta personal (es fuerte,debil,temperamental, explosivo...). En sentido amplio lo podemos ver en dos frentes: el dominante y el pasivo. Y dije que me causa gracia porque cuando una persona hace referencia a su caracter lo hace como una "proteccion". Busca proteger una accion o una omision. "No me lo podia callar y explote, esta presion me la saque del pecho" o "No dije nada, evite una confrontacion". Accion y omision.
Persona dominate y persona pasiva en el matrimonio se encuentran en un mismo techo, con problemas, con hijos, con costumbres y creencias, etc. Son dos imanes que se atraen. Es poco comun,en un matrimonio, encontrar dos caracteres iguales. Un dominate con otro dominante, al menos que sean tolerantes, con cierta madurez y espiritualidad, seria una bomba atomica. Y por el otro lado, dos pasivos de caracter pueden llevar una convivencia aceptable y con mayor armonia. Pero su enemigo a vencer es el pesimismo. Tanta pasividad cansa. La chispa de ideas, proyectos, de iniciativas brilla por su ausencia. Hasta discutir hace falta.
Tanto el dominante como el pasivo estan en el extremo.Se hace imprescindible aprender a conocer el propio caracter, los propios sentimientos y emociones, y de este modo corregir ese desiquilibrio. Conociendose y comprendiendose a si mismo la comunicacion se hace mas efectiva. Se abre un camino de esperanza. El realismo practico fluye desde la honestidad. La madurez emocional lleva a equilibrar el caracter. Ese "potro" salvaje viene domado, no con imposiciones sino con educacion y con amor. Asi el dominante no necesita demostrar ser verdaderamente hombre o mujer siendo agresivo, hostil y humillante. Solo le basta poseer suficiente estima de si mismo. No tiene que esforzarse por ser verdaderamente hombre o mujer dado que la inteligencia aborrece caer en lo ridiculo. Y en el pasivo, es aprender a ser lo suficientemente capaz de valerse por si mismo a romper las barreras que le atan.
Cualquier persona que al llegar a su casa se encuentra con un "general-a", con una lista de criticas, discusiones y enfados, mas temprano que tarde, perdera el animo de ir a su casa. De igual modo, encontrarse con una persona triste sin motivos, apagada, melancolica y con mas muerte que vida, acabara el mas romantico amor. Mucho fuego quema y mucho hielo enfria. Si el matrimonio es fruto del amor, la ayuda mutua, el deseo de complementariedad, el recorrido de conocerse mejor, de ayudarse en sus caracteres y sentimientos...la felicidad es posible aunque no sea perfecta.
Persona dominate y persona pasiva en el matrimonio se encuentran en un mismo techo, con problemas, con hijos, con costumbres y creencias, etc. Son dos imanes que se atraen. Es poco comun,en un matrimonio, encontrar dos caracteres iguales. Un dominate con otro dominante, al menos que sean tolerantes, con cierta madurez y espiritualidad, seria una bomba atomica. Y por el otro lado, dos pasivos de caracter pueden llevar una convivencia aceptable y con mayor armonia. Pero su enemigo a vencer es el pesimismo. Tanta pasividad cansa. La chispa de ideas, proyectos, de iniciativas brilla por su ausencia. Hasta discutir hace falta.
Tanto el dominante como el pasivo estan en el extremo.Se hace imprescindible aprender a conocer el propio caracter, los propios sentimientos y emociones, y de este modo corregir ese desiquilibrio. Conociendose y comprendiendose a si mismo la comunicacion se hace mas efectiva. Se abre un camino de esperanza. El realismo practico fluye desde la honestidad. La madurez emocional lleva a equilibrar el caracter. Ese "potro" salvaje viene domado, no con imposiciones sino con educacion y con amor. Asi el dominante no necesita demostrar ser verdaderamente hombre o mujer siendo agresivo, hostil y humillante. Solo le basta poseer suficiente estima de si mismo. No tiene que esforzarse por ser verdaderamente hombre o mujer dado que la inteligencia aborrece caer en lo ridiculo. Y en el pasivo, es aprender a ser lo suficientemente capaz de valerse por si mismo a romper las barreras que le atan.
Cualquier persona que al llegar a su casa se encuentra con un "general-a", con una lista de criticas, discusiones y enfados, mas temprano que tarde, perdera el animo de ir a su casa. De igual modo, encontrarse con una persona triste sin motivos, apagada, melancolica y con mas muerte que vida, acabara el mas romantico amor. Mucho fuego quema y mucho hielo enfria. Si el matrimonio es fruto del amor, la ayuda mutua, el deseo de complementariedad, el recorrido de conocerse mejor, de ayudarse en sus caracteres y sentimientos...la felicidad es posible aunque no sea perfecta.
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