Se escuchan vientos huracanados. Parece que sus fuerzas nos quieren echar por tierra. Nos hacen sentir indefensos, fragiles y vulnerables. Son vientos con voces. Unos hablan, otros cantan y otros gritan con furias. Creen que no se les oye ni se les ve. Son de carnes y huesos. Son hijos e hijas de Dios, Son mis hermanos y hermanas. Son los que van a mi lado en el camino, en el trabajo, en la Iglesia,...Son los vistos con "curiosidad", los "raros", los "extranos", los "diferentes". Y si embargo ante Dios son "hijos" e "hijas". Hijos(as) de sus entranas, de sus manos, de su amor. En Dios no hay hijos "extranos" ni "diferentes". No hay una morada para "unos" y otra para "otros". Ni de un sexo de uno ni de otro. Ni de una tendencia ni de otra. Todos somos hijos e hijas.
Hoy dia nuestra sociedad esta viviendo el despertar, el viento huracanado de la homosexualidad, del lesbianismo. Muchos de nosotros nos aterra escuchar ese viento tan fuerte. Esta ahi, caminado dia a dia. No se puede huir ni ocultar, es una realidad tan antigua como la creacion. Hoy exigen sus derechos a la igualdad, al trato decente, a que no se les discrimine como persona, como sexualidad , como fuerza laborar, como ser espiritual...Muchos de nuestros paises han acogido sus reclamos, se han creado leyes que les protejan sus derechos. Y nos preguntamos: Que hubiera hecho Jesus? Y el matrimonio entre un hombre y una mujer en donde quedaria? La familia, que valor tendria?
Mucha de nuestra gente catolica esta confundida, Hay silencios. Hay indirectas. Hay quienes ven en todo esto una "gran plaga", "el fin de los tiempos". Ya no se puede, popularmente hablando, escupir para arriba, no vaya que salgamos banados en salivas, Anteriormente, hablando como catolico, era un "despretigio familiar", que era un "virus" que habia que cuidarse y que habia que combatir. Hoy dia se habla con cuidado, muy a la oreja, para que no se escuche tan nefasta palabra. Hay mas comprension y tolerancia.
Como cristiano no hay que vacunarse, no hay que temer. El mal del virus no esta en lo exterior, sino en lo interior, en el corazon, en la intencion que brota de nuestro ser. El homosexual o la lesbiana no es un virus a combatir, lo que hay que combatir es la polilla de la segregacion, de la falta de amor y de compasion entre los seres humanos. El matrimonio jamas esta amenazado, tampoco la familia. Lo que esta amenazado es nuestro egoismo, nuestra falta de hermandad y solidaridad. Jesus valoro al ser humano por encima de color, raza, religion, sexo... El matrimonio siempre ha gozado y gozara del beneplacito de Dios por su funcion insistituible de la procreacion. Una procreacion enraizada en el amor, la libertad y la ayuda mutua.
Jesus no condena al que cree en El y le busca con sincero corazon. El fue enviado por su Padre-Dios para darnos la gran leccion del amor y la compasion. Jesus no temio a ser contagiado por el "virus", ni temio a las "voces" del que diran, simplemente se abrio al que le busco, al que le llamo, al que le toco. Y la Iglesia ha seguido su ensenanza de acogida, comprension y ayuda a pesar de la critica, hasta de los mismos textos biblicos que atacan y condenan a estos hijos de Dios. Ella a sido capaz de ir a Jesus y desde El llegar a los proscriptos y expulsados de nuestra sociedad. Jesus ataca al pecado, no al pecador.
Hoy dia nuestra sociedad esta viviendo el despertar, el viento huracanado de la homosexualidad, del lesbianismo. Muchos de nosotros nos aterra escuchar ese viento tan fuerte. Esta ahi, caminado dia a dia. No se puede huir ni ocultar, es una realidad tan antigua como la creacion. Hoy exigen sus derechos a la igualdad, al trato decente, a que no se les discrimine como persona, como sexualidad , como fuerza laborar, como ser espiritual...Muchos de nuestros paises han acogido sus reclamos, se han creado leyes que les protejan sus derechos. Y nos preguntamos: Que hubiera hecho Jesus? Y el matrimonio entre un hombre y una mujer en donde quedaria? La familia, que valor tendria?
Mucha de nuestra gente catolica esta confundida, Hay silencios. Hay indirectas. Hay quienes ven en todo esto una "gran plaga", "el fin de los tiempos". Ya no se puede, popularmente hablando, escupir para arriba, no vaya que salgamos banados en salivas, Anteriormente, hablando como catolico, era un "despretigio familiar", que era un "virus" que habia que cuidarse y que habia que combatir. Hoy dia se habla con cuidado, muy a la oreja, para que no se escuche tan nefasta palabra. Hay mas comprension y tolerancia.
Como cristiano no hay que vacunarse, no hay que temer. El mal del virus no esta en lo exterior, sino en lo interior, en el corazon, en la intencion que brota de nuestro ser. El homosexual o la lesbiana no es un virus a combatir, lo que hay que combatir es la polilla de la segregacion, de la falta de amor y de compasion entre los seres humanos. El matrimonio jamas esta amenazado, tampoco la familia. Lo que esta amenazado es nuestro egoismo, nuestra falta de hermandad y solidaridad. Jesus valoro al ser humano por encima de color, raza, religion, sexo... El matrimonio siempre ha gozado y gozara del beneplacito de Dios por su funcion insistituible de la procreacion. Una procreacion enraizada en el amor, la libertad y la ayuda mutua.
Jesus no condena al que cree en El y le busca con sincero corazon. El fue enviado por su Padre-Dios para darnos la gran leccion del amor y la compasion. Jesus no temio a ser contagiado por el "virus", ni temio a las "voces" del que diran, simplemente se abrio al que le busco, al que le llamo, al que le toco. Y la Iglesia ha seguido su ensenanza de acogida, comprension y ayuda a pesar de la critica, hasta de los mismos textos biblicos que atacan y condenan a estos hijos de Dios. Ella a sido capaz de ir a Jesus y desde El llegar a los proscriptos y expulsados de nuestra sociedad. Jesus ataca al pecado, no al pecador.
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